El gran reto de I+D en dermocosmética. Entrevista con Ainhoa Aramburu para IM Farmacias.

Cuidado de la piel | 23 abril

Impactos como la contaminación o la creciente sensibilización de nuestra piel suponen un gran reto para I+D

En Dermofarm se considera que el mayor reto que afronta la dermocosmética hoy en día es, ante todo, dar respuesta a las necesidades del consumidor para mejorar su calidad de vida

La sociedad actual se encuentra en constante cambio, de ello somos testigos día tras día, y el mundo de la dermofarmacia no se queda atrás. Los productos se han especializado para cada tipo de piel, edad y características propias, cada problemática tiene su solución específica. Hay productos multifuncionales con presentaciones más innovadoras. En Dermofarm, fieles a la innovación y a las últimas tendencias, se caracterizan por ir un paso más allá: son capaces de adelantarse a las expectativas y necesidades de sus clientes.

Hablamos al respecto con Ainhoa Aramburu, jefa de Investigación Desarrollo e Innovación en Dermofarm, quien nos explica que en su laboratorio “estamos en continuo estudio de la piel para abordar el proceso del envejecimiento desde el punto de vista científico, diseñando fórmulas eficaces que ataquen todos los procesos degenerativos que se dan en la piel. Investigamos los mecanismos que hay detrás de cada proceso, de la ralentización de las propias funciones reparadoras del ADN en las pieles maduras (la glicación como una de las causas más importantes que provoca una degradación tisular y por consecuencia, una aceleración del envejecimiento), con el fin de retrasar y prevenir la aparición de los signos de la edad. Todo ello mejorando e innovando con las texturas, ofreciendo la máxima seguridad, y respetando las pieles más sensibles”.

Principios activos

Actualmente, una de las áreas más importantes en las que el laboratorio dermofarmacéutico está trabajando es en formulaciones que aborden el envejecimiento de forma eficaz. Como expertos que son, saben que el envejecimiento cutáneo es un proceso continuo y complejo, en el que intervienen muchos mecanismos donde se producen cambios morfológicos y funcionales en la piel. Por ello, son primordiales y tienen un gran potencial todos aquello activos que ayudan a recuperar las funciones de la barrera cutánea, a estimular el proceso de renovación celular, a luchar contra la inflamación crónica y la glicación, así como el estrés oxidativo que sufren las células. Son los activos que consolidan las funciones de la dermis, tanto estructurales como de la red vascular.

“Estamos en continuo estudio de la piel para abordar el proceso del envejecimiento desde el punto de vista científico"

En ese sentido, Aramburu nos explica cuáles son los activos principales en el campo de la dermocosmética, como el Ácido Hialurónico, con grandes propiedades hidratantes gracias a su poder de atracción y retención
de agua, que permite mantener el balance hidro-lipídico de la piel. “También destaca el Retinol, otro ejemplo de un potente activador de la renovación celular que disminuye las arrugas, mejora la hidratación, la  elasticidad de la piel y la deja más lisa y firme. En este campo se está trabajando mucho para encontrar soluciones a todos los efectos no deseados de esta molécula tan activa. En nuestro caso, estamos estudiando el comportamiento de la molécula liposomada con una gran capacidad de vehiculización, que permite una mejor llegada del retinol a la epidermis. De esta manera se ve favorecida su eficacia y disminuidas los efectos adversos”.

Además, recuerda que otro imprescindible son los factores de crecimiento como sh-Oligopeptide- 1; sh-Oligopeptide-2; sh-Polypeptide-1, sh-Polypeptide-9, sh-Polypeptide-11 y TGFβ2, que están implicadas en la síntesis de proteínas de la matriz extracelular y en la producción de lípidos epidérmicos, mejorando la integridad y protección de la piel, potenciando la síntesis de las fibras de colágeno tan necesarias para mantener la estructura original que otorga elasticidad a la dermis.

Innovación

Hasta hace poco, la piel era considerada apenas como un órgano del sistema inmunitario, una barrera de defensa natural que protegía nuestro organismo frente a los agentes externos medioambientales. Hoy en día se sabe que no se trata solamente de una barrera física. En cada centímetro de la piel existe una comunidad invisible de microorganismos, única para cada persona, que juega un papel clave en sus características: la microbiota.

“Hoy, la piel se entiende como un complejísimo ecosistema, único para cada persona."

Por eso mismo, “hoy, la piel se entiende como un complejísimo ecosistema. Todo ello impulsa una nueva concepción de la piel y, en consecuencia, una forma innovadora de cuidarla”, explica la responsable de I+D+i. Dentro de ese proceso de innovación y de adaptación a las características particulares de cada tipo de piel, Dermofarm está haciendo un gran trabajo, y por eso “una de nuestras líneas de investigación es el estudio de los conservantes. Estamos reduciendo y optimizando el uso de estos para preservar intacta la microbiota de la piel. Seleccionamos los conservantes siguiendo criterios muy estrictos, teniendo en cuenta factores como el amplio espectro, estabilidad frente a condiciones de pH extremas y temperatura. Hacemos Challenge tests para utilizar únicamente la cantidad necesaria para mantener la seguridad del producto y la del consumidor. Buscamos un compromiso entre eficacia, estabilidad y seguridad”.

Especialización

En la actualidad, la I+D en dermofarmacia se dirige a ofrecer una atención cada vez más cercana y especializada al consumidor. Estamos ante un consumidor al que le preocupa la composición de los cosméticos, se interesa por sus ingredientes, su origen, y que no quiere renunciar a las novedades en texturas. Tal y como destaca Aramburu, “el consumidor es y será cada vez mucho más exigente. Nosotros tenemos el compromiso de ser transparentes, todos los resultados tienen que estar comprobados científicamente para asegurar la eficacia y la seguridad. A mi parecer nos dirigimos  hacia una dermofarmacia mucho más rigurosa”.
Antes de despedirse, la jefa de I+D+i nos recuerda que la ciencia avanza, y lo hace rápido. Cada vez hay más estudios, se conocen nuevas moléculas y se trabaja en mejorar las ya existentes, haciéndolas más biocompatibles  y /o reduciendo los posibles efectos adversos. A su vez, el estilo de vida avanza y cambian los hábitos. “La dermofarmacia del futuro será una dermofarmacia que, seguro, tendrá que dar respuesta a nuevos escenarios, la afectación del estilo de vida en la dermis. Impactos como la contaminación medioambiental o la creciente sensibilización de nuestra piel a los estímulos externos suponen un gran reto para I+D”.

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